Quién Soy y de Dónde Vengo.

Hace un tiempo, en un proceso de orden y expansión para mi negocio, las dos mujeres que hoy me apoyan con todo lo relacionado al mercadeo me compartieron un formulario para conocerme más a fondo. Una de las preguntas decía:

“¿Qué aspectos de tu propia historia o proceso personal sientes que te diferencian de otros coaches o creadores en este espacio?”

Pensé que sería una pregunta sencilla, pero responderla fue una catarsis, un ejercicio autobriográfico muy potente. Cuando terminé, supe que esa respuesta revelaba algo real sobre quién soy y desde dónde hago lo que hago.

Así que decidí que lo más coherente y honesto era dejar aquí esa respuesta tal cual la escribí ese día. Si quieres saber quién soy y qué me diferencia, este texto lo explica de la mejor manera:


Creo que lo que me diferencia nace de la suma de “muchas vidas en una”. Vengo de la ingeniería y del mundo aeronáutico, de una forma de pensar lógica, analítica y rigurosa. Mi mente está entrenada para observar patrones, correlacionar datos y buscar siempre la evidencia detrás del proceso. Esa raíz científica me acompaña en todo lo que hago: me gusta entender cómo funciona el cuerpo, cómo se adapta, cómo se expresa. Pero luego aprendí que esa visión técnica solo cobra sentido cuando se une a la experiencia humana.

Me apasiona la tecnología, la he integrado naturalmente en mi enfoque. Disfruto mantenerme actualizado sobre herramientas aplicadas al bienestar y al rendimiento: desde el entrenamiento cerebral con biofeedback (Muse Headband), pasando por HRV (variabilidad de la frecuencia cardíaca) hasta la calidad del sueño. Procuro discernir en medio de la actual revolución en el mercado de los wearables y la gran disrupción en el comportamiento de los consumidores. Abogo por no delegar en los dispositivos la percepción del cuerpo, sino por fortalecer la conciencia corporal a través de ellos. Creo que la tecnología debe ser una herramienta complementaria, nunca un sustituto de la conexión interior. Conozco muchos protocolos, metodologías y biohacks —los he probado, estudiado y aplicado— y eso me permite ver con claridad tanto sus beneficios como sus límites.

Además, me encanta el entrenamiento mental. Diseño y comparto herramientas para cultivar un mindset sólido y flexible, y para reprogramar patrones cuando es necesario. Me apasiona hablarle directamente a los circuitos neuronales, crear nuevas rutas de pensamiento y percepción que nos ayuden a alinear mente y cuerpo. Creo en la neuroplasticidad aplicada: en que la mente puede convertirse en nuestra aliada más poderosa.

Trabajé en grandes corporaciones como Airbus y GSK, emprendí y por una década dirigí mi propia empresa, conocí de cerca lo que significa sostener altos niveles de exigencia, estrés, viajes y responsabilidad. Cometí todos los errores que hoy promuevo evitar o transformar: exceso de trabajo, falta de descanso, pérdida del gozo por lo que amaba. De esa etapa me quedaron canas, sí, pero también la comprensión profunda del precio que se paga cuando no se gestiona bien la energía. Por eso hoy integro la ciencia del rendimiento con la sabiduría de la salud, aplico lo que aprendí tanto en el deporte como en el trabajo: el éxito real depende de nuestra capacidad para sostenernos, no solo para rendir.

El deporte ha sido mi laboratorio, mi espacio y escuela. Llevo años practicando disciplinas de resistencia y he vivido en carne propia tanto sus luces como sus sombras. He sentido la plenitud de superarme, pero también la desconexión de exigirme más allá de lo sano. He conocido la satisfacción de alcanzar metas y el reconocimiento que eso trae, pero también el vacío silencioso de vivir solo para los resultados. Esa experiencia me permitió entender que entrenar no es solo mejorar números, sino relacionarse con el cuerpo como un aliado y encontrar en el movimiento un espacio de autoconocimiento, energía y equilibrio. No hablo de lo que leí y aprendí en certificaciones, sino de lo que viví y hoy practico.

Con el tiempo, este camino también me llevó a certificarme como Coach en Deportes de Resistencia, no para acumular títulos, sino para profundizar metodologías que ya estaba viviendo en carne propia.

También hubo un punto de inflexión más profundo: la pérdida de mi hermano menor, a sus 27 años, un duelo que me llevó a una etapa de depresión y cuestionamiento existencial. De ese proceso nació en mí una sensibilidad distinta, comprendí la vida desde un lugar más amplio. A ello se sumaron momentos personales de gran impacto emocional, como un divorcio y la distancia física de mis hijas, que se mudaron a Alemania. Transitar esos procesos —ser padre a la distancia, sostener el vínculo, aceptar la vulnerabilidad y no huir del dolor— me abrió a una empatía distinta. He atravesado situaciones difíciles sin intentar taparlas ni pasar la página rápido; siempre he buscado comprender, sentir y aprender de lo que duele. Creo que justamente por eso hoy puedo acompañar a las personas con mucha humanidad en sus procesos.

Estudiar la física cuántica me abrió una puerta entre la ciencia y la espiritualidad, me llevó de vuelta a la Universidad (International Quantum University for Integrative Medicine), a formarme como Health Coach y Coach Esencial de Vida. Veo ambas dimensiones —la material y la trascendental— como un mismo continuo: el cuerpo físico y la energía, la mente y la conciencia, la acción y la atención o presencia.

En últimas, creo que me distingue la coherencia entre mi mensaje y mi práctica.
No promuevo nada que no haya necesitado y aplicado primero en mí. He sido el ingeniero racional, el emprendedor agotado, el atleta desconectado y el hombre que tuvo que llorar, apoyarse en psicólogos y psiquiatras, medicarse para salir de un hueco, y finalmente aprender a escuchar y hacer equipo con su cuerpo para volver a estar en paz.

Todo lo que enseño nace de esa vivencia, y del deseo genuino de que las personas vivan bien: no solo que rindan más, sino que encuentren armonía, propósito y bienestar en todo lo que hacen.

Collage de cuatro personas participando en actividades diferentes: una mujer en bicicleta en una carretera montañosa, un hombre en un aeropuerto con un avión Airbus A380 en el fondo, un grupo de personas en ropa deportiva de entrenamiento, y un hombre de negocios en la pista del aeropuerto junto a un avión.
Seguir creciendo como persona — eso es lo que siento que Tony ha logrado en mí. Nunca en mi vida me había sentido tan en equilibrio.
— Katherine Mächler, Senior Director Adidas Group
La metodología de Tony va mucho más allá del entrenamiento: integra la mentalidad y el lado humano del rendimiento.
— Carlos Acosta Juliao, CEO Potencia
Lo que hace diferente a Tony de otros coaches con los que he trabajado es su capacidad para ver a la persona en su totalidad.
— Marcos Bayuelo, Senior VP Wingtra AG

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